Ladrillo II
La semana pasada, Fernando Martín, efímero presidente del Real Madrid y constructor amén de comprador de Fadesa, decía:
«Por cada vivienda no iniciada, el paro aumenta entre 2 y 2,4 personas», alertó ayer Fernando Martín, presidente de Martinsa-Fadesa y del G14, grupo que reúne a las catorce principales inmobiliarias del país. En una jornada celebrada para abordar la situación del sector, Martín lanzó un mensaje de advertencia, apuntando que el desempleo en la construcción afectaría «de forma brutal» a la estabilidad social, ya que el colectivo de inmigrantes sería el primero en sufrirlo, lo que acabaría desencadenando «un conflicto social». En un contexto en el que proliferan las lecturas de desaceleración en el futuro del sector inmobiliario, Martín planteó un escenario diferente, augurando una «vertiginosa» subida del precio de la vivienda en el plazo de dos años, «porque no va a haber suelo resultante para urbanizar» con los actuales plazos de tramitación del suelo.
Tomá. O recalificamos lo de este señor o Mad Max rodará por nuestras carreteras. Como tantas veces, FM confundía su apocalipsis con el apocalipsis.
Dos días después, leíamos:
Martín tiene más de 3.000 millones en suelo y promociones
(…) El nerviosismo de Martín, y de los otros señores del ladrillo, también se entiende por la necesidad acuciante de colocar existencias, teniendo en cuenta sus deudas astronómicas. A los 3.780 millones de euros que contabilizó Fadesa en el primer semestre como deuda con entidades de crédito y de acreedores comerciales hay que sumar los más de 4.000 millones que el antiguo presidente del Real Madrid pidió para hacerse con la inmobiliaria gallega fundada por Manuel Jove.
Una vez se finalice la fusión de las dos inmobiliarias, el valor de los activos del grupo resultante ascenderá a 13.000 millones de euros. Ahí se incluyen suelo, promociones y patrimonio (alquiler).
Pero más interesante es la formidable bolsa de suelo con la que contará Martinsa-Fadesa. Llegará a los 28,3 millones de metros cuadrados, de los que unos 18 están en España. Hectáreas y hectáreas para los que Martín quiere que se abrevien los plazos urbanísticos con el objetivo de empezar a construir mejor hoy que mañana.
Es decir, la misma historia que Astoc y Llanera. Mucho suelo pero muchas nubes.