Concilio
Vera Gutiérrez Calvo informa en El País sobre IU usando el tono con el que Tom Sharpe describía las desventuras de Wilt. Siempre he dicho que era un error decir que no se iba a participar en el circo electoral y mediático. Los circos son inevitables y lo más importante es no acabar siendo el payaso.
La dirección de IU cede parte de sus poderes a una comisión plural
Después de más de cinco horas de reunión de la Presidencia Federal de IU -órgano de dirección con 70 miembros-, nadie tenía claro ayer qué competencias ejercerá la Comisión Unitaria constituida para pilotar el proceso de renovación tras la catástrofe electoral. Unos aseguran que es, a todos los efectos, una gestora que dirigirá la organización hasta que se elija nueva dirección (previsiblemente en julio); otros sostienen que la comisión tendrá “amplias competencias” pero no decidirá la línea política, porque los órganos de dirección siguen funcionando. De este modo, la comisión quedó aprobada casi por unanimidad (algo inaudito en IU) porque unos y otros pudieron decir en la rueda de prensa posterior que se habían salido con la suya, y no existe ningún documento que diga quién tiene razón.
Quizá el problema es que, en lugar de un congreso, acabemos convocado otra cosa. A los concilios ecuménicos, llegaban dos escuelas que diferían en una cuestión teológica y salían tres corrientes de cada una de ellas y cuatro herejías que impugnaban lo acordado; todos, claro, persiguiéndose. El nacimiento del Islam acabó con ellos.