Borrador de estratificación en clases sociales
Leolo pide en un comentario que aparezca el señor Marx. Creo que Karl Marx siempre está presente (ciclos, contradicciones financieras, plusvalía), lo mismo que Kant, o Santo Tomás de Aquino, cuyo argumento ontológico ha sido recuperado por el Papa, al afirmar que el dinero no existe pero Dios, sí. La cuestión es que Marx se refería a una sociedad de producción y centraba el problema en la propiedad de los medios de proudcción; ahora estamos en una sociedad de consumo donde lo más importante son los medios de distribución y comercialización y el gran problema se centra en la propiedad de los centro de decisión.
Ahí va una propuesta de nuevas clases sociales; está pergeñada tras una cena en el Santiago Sedano de Málaga.
Clase exenta: Son un 10% de la población (menos de los creen pertenecer a ella) y su principal característica es que poseen los centros de decisión. Su nombre viene porque están exentos de pagar impuestos, su aportación contributiva es mínima, y de cumplir la ley, nunca son condenados en el caso de que tengan que comparecer. No usan los servicios públicos, ni siquiera las calles, pero sí las instituciones públicas y, sobre todo, las instituciones supranacionales, exentas e irresponsables, de tipo económico, financiero y comercial, para condicionar la legislación. Tienen una profunda conciencia de clase; la progresiva privatización de la educación y el contacto personal permiten su continuidad.
Clase abonada: Es el grueso de la población, un 70%, por decir algo. Unos, los de mayores ingresos, piensan que pertenecen a la clase exenta, con la que pueden coincidir en algunos escenarios pero se distinguen en que los de la clase abonada no tienen influencia en el poder judicial y pueden ser encausados y condenados. El nombre viene por tres motivos.
- Fermento. Es la gente que sostiene el sistema con sus impuestos, aportados a través de retenciones en la nómina o pagos trimestrales si son autónomos, comerciantes o pymes.
- Raíz. Se trata de gente que tiene una residencia más o menos fija, cercana a sus raíces, un trabajo, más o menos fijo, cercano a su residencia, y una familia, más o menos fija, cercana a su residencia y su trabajo.
- Asimilación: Este colectivo carece de autoestima, es decir, de conciencia de clase.
Clase exiliada: Es el 20% que queda. El exilio no es sólo del territorio físico, puede ser del territorio económico, laboral, social o psicológico Desde la precariedad (multiplicidad de contratos u horarios), por ejemplo, a la imposibilidad de realizar proyectos por la inseguridad económica. Es una clase exiliada, también, del territorio político y no suelen participar en las elecciones.
Quizá el problema de los partidos de izquierda es que se han dirigido a la clase exiliada (exiliada también del territorio político) cuando lo primero debería ser acabar con su exilio y darle la posibilidad de tener territorios. Quizá el problema de los partidos de izquierda es haber descuidado a la clase abonada que, a través del uso de servicios privados o concertados, se asimila a una clase superior.
Prometo seguir pensando en ello.